La Asamblea General de la ONU adoptó ayer martes en Nueva York el primer tratado que reglamenta el comercio internacional de armas clásicas, pese a la abstención de algunos de los mayores actores de este mercado.
El tratado, una propuesta original de Costa Rica, fue aprobado por una fuerte mayoría de 154 votos a favor, 3 en contra (Siria, Corea del Norte e Irán) y 23 abstenciones, entre estas últimas las de Rusia, China, India y los países latinoamericanos del ALBA.
Este tratado es el primero que reglamenta la venta de armas convencionales, un mercado de unos 60,000 millones de dólares al año, y el primer texto mayor sobre desarme desde la adopción de la prohibición de ensayos nucleares en 1996.
El principio del tratado consiste en que cada país debe evaluar, antes de toda transacción, si las armas vendidas pueden ser utilizadas para eludir un embargo internacional, cometer un genocidio y otras “violaciones graves” a los derechos humanos, o caer en manos de terroristas o criminales.
En todos estos casos, el país exportador estará obligado a rechazar la transacción.
Las armas incluidas van desde las pistolas hasta aviones y barcos de guerra, pasando por los misiles. La lista no comprende a los drones, los transportes blindados de tropas y los equipos destinados a las fuerzas del orden.
El tratado incluye todas las transferencias internacionales (importación, exportación, tránsito) y la intermediación.
“Tras siete años de arduos trabajos que culminaron las dos últimas semanas, tenemos ante nosotros un documento equilibrado y robusto”, dijo el embajador de Costa Rica ante la ONU, Eduardo Ulibarri, al presentar el texto impulsado por un centenar de países (entre ellos Argentina, Colombia, México, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia).
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