EFE
Washington
El papa Francisco exhortó ayer domingo a una renovación en la Iglesia católica después de dos días de reuniones multitudinarias en la Plaza de San Pedro para estimular a los fieles.
Unas 200,000 personas se congregaron ayer domingo para asistir a una misa celebrada por el sumo pontífice, aproximadamente el mismo número de quienes asistieron a una reunión de católicos que el mismo Francisco presidió la noche anterior en la plaza.
Francisco instó a la Iglesia a una apertura, pero advirtió que los fieles deben evitar “caminos paralelos peligrosos” ajenos a la doctrina.
El papa Francisco, quien alertó del peligro de divisiones en el seno de la Iglesia. “Cuando queremos crear la diversidad y que nos encerramos en nuestros particularismos, creamos la división”, afirmó el Papa ante la multitud, con fuerte presencia de los miembros de movimientos religiosos reunidos desde el sábado para un encuentro organizado por el nuevo “ministerio” por la “Nueva evangelización”.
“Es la Iglesia la que me aporta al Cristo y que me lleva al Cristo, los caminos paralelos son tan peligrosos”, advirtió durante su homilía.
“Cuando uno se aventura más allá de la doctrina de la comunidad de la Iglesia, que no permanece en su interior, no está unido al Dios de Jesucristo”, añadió.
Miembros de los movimientos Focolares, Comunión y Liberación, Camino Neocatecumenal, Legionarios de Cristo y Emmanuel, entre otros, llegaron al Vaticano de todo el mundo para participar en este gran encuentro de Pentecostés organizado en el marco del “Año de la Fe” por el ministerio para la Nueva Evangelización, creado en 2010 por Benedicto XVI.
Al finalizar la misa, el Papa pronunció a mediodía la tradicional Regina Caeli: “Quería agradecer a todos los movimientos, todas las asociaciones, las comunidades y grupos eclesiásticos. Sois un don y una riqueza para la Iglesia”, dijo.

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