Tony Balbuena / BONAO.- Poblado en los años ochenta, las familias que residen en Brisas del Yuna, viven en condiciones de extrema pobreza, y sumidas en el pánico por el desinterés que muestran las autoridades municipales y del gobierno dominicano, de ir en su auxilio.

Sin aceras, contenes, y calles llenas de piedras, sus pobladores narran las vicisitudes que diariamente padecen, como consecuencia de la insensibilidad, que por años han mostrado los representantes del gobierno municipal y del Poder Ejecutivo.
Viviendas construidas de hojalata, cartón y trozos de madera desechables, se visualizan al llegar al sector establecido a las orillas del río Yuna. 

Su población carece de fuentes de empleos estables para sobrevivir. 
No han valido los reclamos, que han profesado para ser reubicados en lugares seguros, y poder vivir sin el temor que representa el caudaloso afluente. 
La Miseria, habita en los hogares de las familias que allí residen, en su mayoría  limitadas económicamente a comer una sola vez por día. 

Con un futuro incierto, desde hace décadas vienen demandando que el Instituto Nacional de la Vivienda, INVI, construya de casas individuales, que les garanticen un albergue seguro. 
A pesar de ser tan pobres, pagan tarifas eléctricas per cápita, que oscilan entre 700 y 800 pesos al mes, lo reduce el pírrico presupuesto familiar de que disponen para cubrir sus necesidades básicas. 

José Dolores Tejeda, presidente de la Junta de Vecinos, nos cuenta, que desde que se anuncia la temporada ciclónica, no reconcilian el sueño por temor a ser arrasados mientras duermen por las aguas del río.


Asegura, que las tierras ocupadas por unas 800 familias para levantar sus casuchas, eran parte del cauce del río, lo que le hace recordar las tragedias de los afluentes Yubazo en San Cristóbal y Blanco en Haití, donde cientos de personas fallecieron ahogadas y otras desaparecieron.
Dijo, que residen en el lugar porque no tienen alternativas, carecen de fuentes de empleos y han sido abandonados por los políticos.
Visiblemente indignado, sostiene que los políticos solo van a su comunidad en tiempos de campaña electoral a buscar votos. Preocupado por la situación que padecen, clama al presidente Danilo Medina, para que acuda en auxilio de sus pobladores. 
Dice que el presidente Medina, es un mandatario solidario y sensible al dolor humano, por lo que no les dará la espalda y más temprano que tarde vendrá a socorrerlos.
Brisas del Yuna, es una de decenas de comunidades abandonadas que abrigan la esperanza prometida por el presidente Medina en eslogan de campaña de corregir lo que está mal, continuar lo que está bien y hacer lo que nunca se ha hecho. 

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