Roberto Guzmán/Clave Digital.
Cada año, cuando se aproxima agosto, Yudenis García y Luis Pérez concentran sus preocupaciones en un nuevo afán: los costos en torno al inicio del año escolar.

El sacrificio que hace la familia es inmenso, dice la mujer, seria y con un dejo de agobio que se impone sobre sus amables gestos. De inmediato cuenta que sólo pensar en la cantidad de libros que hay que comprar le produce estrés, y su propia afirmación, en serio y en broma, la hace reír.

Con ingresos que pueden ir desde RD$40 mil a RD$45 mil por mes, dependiendo de los negocios que lleguen al taller de plantas eléctricas del esposo, este hogar asume el enorme costo que tiene la enseñanza de sus dos hijos, Ulises y Lucero, en colegios de clase media.

La pareja apuesta a una buena educación como la mejor herencia que recibirán sus hijos y esto ha implicado sacrificar, al menos durante la actual coyuntura económica, la posibilidad de que la familia compre una vivienda.

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